El mejor crucero de 2022 podría estar en la selva Amazónica

Terra Explorer
enero 18, 2022

En 2022, los cruceros me recuerdan a dos cosas: nidos de Covid y espantosos casinos al estilo de Las Vegas. Dos cosas que el Delfín III no es.

Al googlear «por qué los cruceros son…» uno de los resultados de búsqueda recomendados es «por qué los cruceros son tan feos». Sorprendentemente (o no), existe una aversión colectiva hacia estas bestias deambulando los mares. Son la intersección perfecta entre el consumismo desenfrenado y la arquitectura de mall—que no es precisamente acogedora ni, eh, estéticamente armoniosa, digamos—.

crucero fluvial

Por eso me alegró encontrar, en medio de la selva amazónica peruana, una reluciente excepción a la regla: El Delfín III. ¿Por qué? Pues, en parte, por las dimensiones abismalmente menores tanto del número de pasajeros a bordo como de la propia embarcación. Este lujoso crucero fluvial no supone un artificio descarado, ni un receptáculo virulento. Sólo hay quince habitaciones disponibles, lo que se traslada a una atmósfera más personal (y libre de covid).

Dejando a un lado las métricas y las proporciones, el crucero y sus suites perfectamente situadas aprovechan una de las mejores vistas de la Tierra: el interminable manto verde que es la selva amazónica. Pero los altísimos árboles no son sólo una bonita vista, sino el escenario de un fenómeno auditivo. Un diálogo perenne entre pájaros, insectos, ranas y mamíferos que resuena en tu interior. 

Lo sé, lo sé, suena un poco (léase: muy) New Age. Pero la selva peruana tiene ese efecto en la gente. Despierta algo. Uno descubre un orden más vasto, uno en el que la humanidad y el “yo» no tienen tanta importancia. Y, como occidentales llenos de ideales humanistas, eso es algo a lo que deberíamos acercarnos más.

El crucero Delfín recibe su nombre de los extravagantes y gentiles delfines rosados que habitan el río Amazonas y sus enormes afluentes. A pesar de que la fauna se esconde incluso desde la perspectiva privilegiada del barco de tres pisos, ella es la gran protagonista de este viaje. En las excursiones por las selvas vírgenes puedes esperar delfines rosados, pirañas, tarántulas, anacondas, osos perezosos, un sinfín de monos, pájaros (probablemente el mejor lugar del mundo para la observación de aves) y ranas. 

Este viaje en crucero de cinco días está repleto de exploraciones en tierra y en el agua: caminatas por la selva amazónica (nocturnas y diurnas), salidas en skiff y pádel. 

safari amazónico

Y los guías de estos safaris amazónicos son simplemente magníficos. Basta con decir que apenas se puede encontrar una reseña en Tripadvisor que no mencione a los guías por nombre, son expertos hasta la médula. Y no sólo son enciclopedias andantes; también son el tipo de personas que uno va a echar de menos una vez en el avión de vuelta a casa. Todos ellos, lugareños febrilmente apasionados por el ecosistema que comparten con otros seres vivos igualmente integrales. 

También parte de lo más discutido entre los comentaristas emocionados, la comida. Para los conocedores de la cocina, no estoy desvelando nada nuevo. Perú es un candidato sólido a los mejores platos del mundo. Pero el crucero afecta tus papilas gustativas de manera indeleble, y no lo hacen sólo recreando alguna aplaudida receta peruana (como el ceviche o el lomo saltado). Los chefs capturan los alrededores como ingredientes y, junto a renovadas recetas amazónicas, ponen una mesa para morirse. 

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Dichos ingredientes son provistos por las comunidades cercanas que habitan las riberas de los ríos. Es más, todos los cruceros Delfín se han marcado este objetivo: ayudar activamente a estas familias, en parte, proporcionándoles con turistas hambrientos de souvenirs magistralmente adornados con motivos amazónicos y, también, empleándolos como guías de apoyo, al fin y al cabo, ellos son los que mejor conocen esas tierras. 

La visita a la escuela financiada por los cruceros Delfín es opcional, pero la recomiendo enérgicamente. Ver que uno de tantos viajes puede ser el motor de un proceso transformador para un pequeño es un gran recordatorio de la importancia de los viajes sostenibles. Además del discurso ecologista, que puede cansar, tenemos que cuidar primero el uno del otro.

Inadvertidamente, el mejor crucero podría estar escondido en los serpenteantes ríos amazónicos. Aun así, ¿por qué no aprovechar el largo vuelo y soñar con una agenda de viajes más amplia? Después de todo, ¡Machu Picchu también está en Perú! Tal vez podrías hacer un tour por el Amazonas partiendo de Cuzco. Ponte en contacto con nosotros para que te confeccionemos unas vacaciones de lujo a medida por esta fascinante nación sudamericana.


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