Magia en la laguna

Terra Explorer
octubre 29, 2020

Rafael Casabonne, fundador y gerente general de Cusco Restaurantes, nos cuenta su fascinación por dormir bajo miles de estrellas, rodeado de la naturaleza, pero siempre con las comodidades de un hotel cinco estrellas.

 

A más de tres mil metros de altura, un chamán prepara una ofrenda a la tierra mientras mi esposa y yo contemplamos el paisaje. Estamos al pie de la laguna de Huaypo, en la comunidad campesina de Eqqecco, en Cusco, y el sol de la tarde ilumina con esa luz intensa del ande.

 

 

A lo lejos, al otro lado de la laguna, una yunta hábilmente guiada por un campesino prepara la tierra para la siembra, todo transcurre como en silencio, en un tiempo distinto. Vestido con camisa blanca y un chullo de colores, el chamán comienza la ceremonia de pago a la tierra. Nos sentamos a su lado y él inicia pidiendo permiso a los Apus.

 

Luego procede a elegir diferentes objetos a modo de ofrenda entre flores, semillas, galletas, azúcar, pica pica, hojas de coca, cada una con un propósito específico. Los va acomodando ordenadamente y con una delicadeza sorprendente para unas manos curtidas por el trabajo de la tierra y el tiempo.

 

 

Envuelto en este proceso, uno sólo puede agradecer por estar ahí, tan lejos del ritmo urbano y virtual que nos acompaña en esta época. El Paco andino elige un kintu, tres hojas de coca, las sopla y después nos las entrega para que transmitamos nuestras intenciones. Nosotros hacemos lo propio. Todos callamos. Al cabo de unos minutos, la ceremonia termina con el entierro de la ofrenda.

 

Soy alguien que ha crecido al aire libre. Desde chico, mis viejos me llevaron de camping, visité el Perú entero por carretera antes de conocer Disney.

 

Siempre me ha gustado la montaña, la pesca, la caza, la observación de la naturaleza en general. Cada vez que puedo trato de escapar a la montaña, a la playa o al desierto, pero eso no siempre es fácil. Se hace más fácil si sólo tienes que llegar al lugar, sin preparar nada previamente, y más si lo que te espera es un campamento cinco estrellas, como los que organiza Terra Explorer en Cusco. La experiencia es beyond expectations, como me dijo alguna vez una estrella de rock. Acampar entre dos cordilleras: las de Vilcabamba y Urubamba es un privilegio.

 

Durante el día, con el cielo azul, profundo interrumpido por los enormes nubarrones blancos que parecen algodones, se puede combinar la paz de estas alturas con deportes como el Stand Up Paddle. La laguna de Huaypo es perfecta para eso, pues se puede remar durante horas en silencio. Sientes una desconexión absoluta.

 

En estas tierras altas, lejos del mundanal ruido, del tráfico, de la ansiedad, nos podemos alejar de ese ritmo frenético en el que nos tiene la hiperconexión. Las preocupaciones laborales son recuerdos turbulentos que se desvanecen en la inmensidad del paisaje.

 

Al llegar la noche, una charla alrededor de un fuego que se transforma en brasa para una generosa parrilla que será bien acompañada de un contundente Malbec. Acostumbrado a una

 

Lima nublada y siempre iluminada, uno no puede creer el espectáculo que se monta en esa oscuridad total.

 

El cielo así de negro, cubierto de miles de estrellas, es una de esas imágenes que nos devuelven a nuestra real dimensión. Somos nada en este universo, la profundidad que enfrentas es difícil de imaginar y eso fascina y aterra por igual. Un silencioso y constante titileo de miles de estrellas interrumpido esporádicamente por una repentina estrella fugaz.

 

Las mañanas, con la luminosidad del día recién empezando, son perfectas para realizar otro de mis pasatiempos favoritos: el avistamiento de aves. Salir a pajarear remando un kayak con binoculares en mano es maravilloso.

 

Mientras paseamos por los bordes de la laguna entre canales de totorales, observamos más de quince especies distintas de aves: flamencos, varios tipos de patos, garzas, un par de águilas, gallaretas. Algunas residentes permanentes y otras migratorias. Es hora de regresar. En ocasiones así, uno duda si volver a su vida cotidiana.

 

 

La mejor compañía, una laguna llena de vida, un cielo azul y unas montañas majestuosas son mucho más de lo que uno necesita para ser feliz.


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