¿Qué hacer en Cusco? Aventuras, Sabores y Magia en el Corazón de los Andes

Terra Explorer
agosto 9, 2024

¡Hola, amigos! ¿Están listos para una aventura épica? Hoy los llevaré a un viaje a Cusco, Perú, ese lugar mágico donde las montañas besan el cielo y las piedras cuentan historias. Así que, siéntense, relájense y únanse a mí en este recorrido mientras comparto las mejores cosas que hacer en Cusco, Perú. Alerta de spoiler: disfrutarán de una mezcla de cultura y magia.

1. Paseo por la Plaza de Armas: El Latido de Cusco

Imaginen un lugar donde el pasado y el presente se toman de la mano y bailan un vals en una plaza vibrante. ¡Esa es la Plaza de Armas en Cusco! Cuando llegué, me sentí como un niño en una tienda de dulces; no sabía por dónde empezar. Las antiguas iglesias coloniales y las casas coloridas me recibieron con una mezcla de historia y alegría.

Primero, visité la Catedral de Cusco. Es enorme, como si estuviera construida para gigantes (¡y tal vez lo estuvo, quién sabe!). La arquitectura barroca es simplemente impresionante, y entrar en ella es como viajar atrás en el tiempo. Imaginé a los antiguos españoles paseando, susurrando secretos a las estatuas.

Además, solo en Cusco puedes encontrar más de veinte iglesias, cada una con su propio encanto especial. La colección de arte en San Francisco es tanto hermosa como intrigante. Aquí puedes explorar espacios únicos y admirar reliquias artísticas, transportándote 400 años atrás al Cusco de antaño. Además, el museo alberga pinturas coloniales, tallas en madera, esculturas y arquitectura de la época de la conquista.

Disfrutar de un cóctel al atardecer en la Iglesia de San Francisco, mientras saboreas deliciosos aperitivos locales en la exclusividad del campanario, es una experiencia única que solo ofrece esta iglesia.

2. San Blas: El Barrio de los Artistas

Desde la plaza, nos dirigimos a San Blas, el mejor barrio de Cusco, donde cada rincón es una obra de arte. Si las paredes pudieran hablar, seguramente contarían las historias más salvajes. Las calles empedradas son como un laberinto encantado, y cada paso te lleva a descubrir una nueva galería de arte, un taller de artesanía o un encantador café.

Conocí a un artesano que hacía joyas con plata y piedras preciosas. ¡Casi salgo con la mitad del taller! Quiero decir, ¿quién puede resistirse a una pulsera que brilla más que el sol de Cusco? San Blas es el lugar perfecto para perderse, literalmente, porque las calles se entrelazan como los hilos de una telaraña, pero de la mejor manera posible.

3. Sacsayhuamán: No, No Es un Traba Lenguas

Si piensas que Sacsayhuamán es un traba lenguas, espera a ver las piedras gigantes que lo componen. Este antiguo complejo arqueológico es como un rompecabezas masivo que los Incas dejaron para que nosotros, los mortales, nos rompamos la cabeza. Cada piedra encaja perfectamente con la siguiente, y créeme, algunas son más grandes que mi ego (¡y eso ya es decir algo!).

Subí al mirador y la vista era tan espectacular que casi dejo caer mi cámara de la emoción. Cusco se ve diminuto desde allí arriba, como un modelo a escala. Los niños corren por los prados, y algunos turistas intentan hacerse la clásica foto sosteniendo una piedra gigante con una mano (spoiler: nadie lo logra, pero todos lo intentan).

4. Mercado de San Pedro: El Paraíso del Sabor

¡Ah, el Mercado de San Pedro! Si el paraíso tuviera un olor, definitivamente sería este lugar. Tan pronto como entras, los aromas de frutas frescas, especias y platos típicos te golpean como una ola de sabor. Los puestos están llenos de color, con frutas exóticas que parecen sacadas de un cuento de hadas.

Decidí probar el ceviche al estilo cusqueño, y, honestamente, fue una explosión de sabores en mi boca. ¡El picante te despierta hasta el alma! Y no pude irme sin probar el famoso jugo de rana. Sí, leíste bien, jugo de rana. No es que haya perdido la cabeza, pero ¿cómo podría perderme una experiencia tan única? Fue… interesante, por decir lo menos.

Algunas opciones excelentes para probar platos que solo puedes encontrar en Cusco son los restaurantes Mauka, Cicciolina y Chicha. Estas ofertas culinarias combinan arte, cultura y gastronomía en experiencias lujosas listas para que las disfrutes. Estoy seguro de que cualquiera de estos lugares te dejará más que satisfecho (prepara tus papilas gustativas para esta aventura).

5. Machu Picchu: La Joya de la Corona

No puedes ir a Cusco y no visitar Machu Picchu. Es como ir a París y no ver la Torre Eiffel, pero mucho mejor porque está en medio de la selva. El viaje en tren a Aguas Calientes fue un espectáculo. Las exuberantes montañas verdes y los ríos caudalosos parecían sacados de un sueño. Y cuando finalmente llegué a la entrada de Machu Picchu, sentí que el tiempo se detuvo.

Ahí estaba, la ciudad perdida de los Incas, imponente y majestuosa. Caminé por las ruinas, sintiendo la energía del lugar. Es como si cada piedra contara una historia, y cada paso te acerca a entender el misterio de los Incas. Subir a la cima de Huayna Picchu fue un desafío, pero la vista valió cada gota de sudor. Me sentí como el rey del mundo, o al menos, el rey de Machu Picchu por un momento.

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6. Llamas: Las Reinas de Cusco

No podía terminar esta historia sin mencionar a las verdaderas estrellas de Cusco: las llamas. Es imposible no enamorarse de estos adorables peluches ambulantes. Las encontrarás por todas partes, desde los campos de las ruinas de Sacsayhuamán hasta las calles de la ciudad. Tomé mil fotos con ellas, y, honestamente, creo que algunas posaron mejor que yo. ¡Las llamas tienen actitud!

7. Cusco de Noche: Un Festín para los Sentidos

Cuando cae la noche, Cusco se transforma en un lugar mágico. Las luces de la ciudad iluminan las antiguas paredes de piedra, y el cielo estrellado se convierte en una manta de diamantes. Los bares y restaurantes cobran vida, ofreciendo todo, desde música en vivo hasta deliciosos pisco sours. Porque en Cusco, la fiesta nunca termina, y la música es el lenguaje universal que une a todos.

Si prefieres actividades tranquilas y culturales, te recomiendo encarecidamente una cena dorada. Es una oportunidad para saborear los sabores del antiguo Perú en una mesa puesta solo para ti en la «Sala Dorada» del Museo de Arte Precolombino. Esta actividad exclusiva ofrece una conexión única con el pasado de las civilizaciones antiguas.

Y así, amigo mío, termina mi relato de esta increíble aventura en Cusco. Es un lugar donde cada calle tiene una historia, cada piedra un secreto y cada encuentro una sonrisa. Cusco es más que un destino turístico; es una experiencia que te cambia, toca tu alma y de alguna manera te hace sentir más vivo. Te aseguro que visitar este lugar es algo que todos deberían hacer al menos una vez en la vida.

Así que, si alguna vez tienes la oportunidad, ¡no lo pienses dos veces y lánzate a la aventura! Te prometo que no te arrepentirás. En Terra Explorer, tenemos varios itinerarios para ti, así que contáctanos y vive la experiencia Cusco.

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